Strike #3
Plan V
Una estudiante de la Simón aliada al CEUSB, Maria Elena Villalobos, nos invitó a formar parte de una nueva iniciativa. La primera dedicada a cuidar los votos el día de las elecciones -estar presente en el centro de votación todo el día, en el escrutinio, en la auditoría- y formar parte de una red de líderes locales capacitados electoralmente. Para esto se dictaron numerosos talleres de capacitación y captación, de los cuales nosotros (CEUSB) fuimos invitados a uno personalizado en la USB.
Rodrigo Diamanti, Miguel Sabal, Martha Larrazábal, Katherina Hruskovec y otros fueron sus creadores y promotores. Nos dieron el taller y participamos. Luego había talleres para dar los talleres y así multiplicar el mensaje. La ambición era hacerlo a nivel nacional. Además de la capacitación electoral, o más bien la manera de actuar ese día, estaban programadas unas actividades previas de llamado al voto y a defenderlo. Eran actividades basadas en flashmobs y rompían con la cotidianidad de las actividades para llevar el mensaje. Una de ellas consistía en ir al Sambil en hora pico y, de manera organizada pero disimulada, lanzar cerca de 2000 volantes desde el nivel superior al mismo momento. Sincronizamos relojes, repartimos volantes y lo hicimos. Además, los volantes tenían un lenguaje juvenil que resultaban simpáticos e innovadores.
Plan V fue la primera iniciativa estudiantil organizada con actividades de este tipo (se repitió en el CCCT, el Recreo, se hizo un llamado a votar en el Centro San Ignacio un sábado por la noche, actividades en la autopista, escribir en los pizarrones de las universidades, poner afiches sin permiso, entre otros) que sirvió para "entrenarnos" de alguna manera en estas situaciones. En especial a nosotros, los de la Simón, los de la universidad apática que sólo se dedicaba a estudiar. Así era mi alma mater, y los pocos que estuvimos en Plan V de la USB luchábamos contra eso con todas nuestras ganas.
Este fue un trimestre muy activo políticamente para nosotros, para mí. Motivados por la campaña electoral presidencial, muchos se unieron a la causa. ¿Pero qué pasa cuándo se lucha con todo y se pierde? Pequé de ingenuo al creer que íbamos a ganar (me incluía en el bando de Rosales), estaba convencido. Luego de los resultados me deprimí, al igual que todos los demás ingenuos como yo. Sin embargo después de tanto tiempo de haber estado "activo" necesitaba hacer algo. Y fuimos muchos los que estábamos en esa misma situación.
Juan Andrés Mejía -un amigo del colegio y compañero de mi universidad- y sus hermanos convocaron una reunión post-electoral. Me sorprendí al ver la cantidad de gente, jóvenes, que asistieron y compartían las mismas preocupaciones y aspiraciones. Plan V estaba ahí, un grupo formado por Andrés Schloeter y demás llamado "Acción Positiva" también, gente de mi colegio, de otros colegios, de universidades y de distintas organizaciones se hicieron presentes. Las elecciones fueron el 3 de diciembre y si mal no recuerdo el 4 fue la reunión. La idea era consolidar de una buena vez las distintas agrupaciones en una sola, en un movimiento social -más que político- que trabajara por Venezuela y por su verdadero cambio. Teníamos que empezar a tomar el futuro con nuestras manos y no depender de políticos o partidos para lograrlo. Una nueva estructura tenía que nacer, una nueva forma de actuar era necesaria. Pero no teníamos claro de qué manera articularla. Decidimos pensar durante las vacaciones, y retomar este sendero en enero.
Nunca más nos reunimos.
Pero el trabajo, las personas que conocimos, la organización, la experiencia y el contacto sirvieron para montarnos en el plato, dar nuestros primeros swings y tener la madurez suficiente para que, en mayo del 2007, haberla botado del parque.