Wednesday, October 10, 2012

Preludio


Ni sé porque me detuve. Quizás porque no tenía a dónde ir, quizás porque daba lo mismo avanzar que detenerse. El tiempo nunca mira hacia atrás, pero mi tiempo sí que ha estado detenido… no tenía sentido caminar hacia ningún lugar. Me quedé en aquella esquina de los Palos Grandes, con bolso en mano, observando. Autos, personas, nubes, gatos, daba igual. Todos iban a algún lugar, todos estaban decididos a dónde ir; yo no.

Finalmente, por la misma inercia que todos padecían, mis pies me guían y camino hacia la plaza. Ahí no había nada ni nadie que fuese a llamar mi atención, pero igual fui. Mientras caminaba en ese estado zombieístico pensaba en la decisión de qué hacer con mi vida. Descubrí por qué me costaba tanto decidir: por el temor a morir. Trazarse un camino a seguir es trazar un camino seguro a la muerte. Sí, no tiene sentido pensar de esa manera mas no podía evitarlo. Si decía que quería hacer tal trabajo por el resto de mi vida, era eso mismo, el resto. La bajada, la caída, el destino final. El resto de mi vida. La muerte. Miedo, la verdad, es lo que me generaba tomar una decisión de vida. Pero tenía que hacerlo, es estúpido dejar de vivir por miedo a morir.

Al llegar, pasee lentamente por la plaza. Un grupo de ancianas sentadas reían a un lado, patineteros patinaban en patinetas, familias disfrutaban de la tarde mientras saboreaban helados. Imaginaba que estaba en una película o en un libro, narrando mis sentimientos mientras describía lo que observaba, anhelando que algo interesante sucediera para darle sentido a la historia que en mi cabeza contaba y recién comenzaba.

Pero nada sucedió.

Llegué al café de la plaza, pedí un con leche, lo tomé en la barra y me fui a casa.

 
Design by Wordpress Theme | Bloggerized by Free Blogger Templates | coupon codes