La Vida Bohème: Arraigo de Arte

Días antes de cambiar drásticamente mi vida y vivir por 2 años en Italia, tuve la oportunidad de encontrarme con Henry D'Arthenay y realizarle una entrevista para la Revista Ojo. El calendario marcaba el 2009; nos reunimos en el segundo piso de Sake Bar y hablamos un buen rato sobre numerosos temas. Una conversación amena, fluida y muy interesante. La foto es de Francesco Spotorno (@elspot) .

La Vida Bohème recién trabajaba en su primer disco, que eventualmente lanzaron en el primer trimestre del 2010 y hoy por hoy ha recibido innumerable elogios, nominaciones al Grammy latino, invitación a girar por EEUU y ser nominados a la 54va edición de los premios Grammy norteamericanos (a realizarse el 12 feb 2012), entre otros.

Entrevista publicada en la sexta edición de Revista Ojo.

Chequea la @VidaBoheme en twitter.

-¿Tienes un cigarro?

No.

-Ya va. Déjame buscar uno.

Henry D`Arthenay acomoda sus lentes de Clark Kent y baja las escaleras de Sake Bar -lugar predilecto de la banda- para buscar algún generoso compañero de humo. Vuelve, a los quince minutos, con su preciado objeto aún sin encender y una copa de vino recién servida en la mano contraria. Lo acompaña Alejandro Ghersi, un muy buen amigo de Henry que vive en Nueva York y es conocido bajo el seudónimo de Dj Nuuro.

Henry es la voz del estilo de vida de cuatro individuos que se unieron por una idea; la pintaron, la mancharon, la musicalizaron y la pincelaron indistintamente para develar ese óleo musical llamado La Vida Bohème.

Rafael Perez, Daniel De Sousa, y Sebastían Ayala acompañan a Henry en esta pintoresca obra que comenzó en el año 2006. “Empezamos a tocar en un apartamento abandonado en el centro de Caracas, frente a Miraflores. Un edificio de bloque, de oficina de los ‘80 deteriorada; en la entrada siempre había un hombre pidiendo plata con una camisa del gobierno. Era muy loco, nadie decía nada; podías echar tiros a las 3 de la mañana y nadie decía nada”. Es en ese pequeño cuarto sin luz, sin bombillos, sin muebles, conectando los amplificadores en los tomacorrientes del pasillo y sin mucha idea de lo que estaban haciendo, donde germina la semilla bohémica de la banda.

Ocho horas al día experimentando en lo que en principio iba a ser un proyecto de punk, luego electrónico, y finalmente multicolor, consolidaron su estilo peculiar; estilo que, según ellos, es un manifiesto abierto de arraigo a la historia musical venezolana. “En este país hace falta historia; muchas cosas las hemos olvidado y nosotros lo que buscamos es revindicarnos con ellas. Nos consideramos en muchas maneras Djs. Lo que hacemos en tarima es un tributo a miles de bandas; usamos muchos guiños, tanto en canciones como en letras. Hace falta arraigo para que la gente sepa qué vino antes, para que se pueda construir algo a raíz de eso. Es lo natural.”

Dos años después, un par de alineaciones distintas, cuatro camisas pintadas, unos miles de kilómetros de separación y una participación en el intercolegial de rock: La Vida gana el Festival Nuevas Bandas en el año 2008. “ Fue muy divertido, tienen una tarima muy grande”, ironiza Henry -que para este momento aún mantiene el cigarro apagado en su mano. “ El FNB te permite retratar cronológicamente la movida musical del país año tras año; marca una tendencia. Para nosotros fue un privilegio compartir tarima con muy buenas bandas como La Muy Bestia Pop y más aún haber ganado. A partir de ahí la cobertura mediática creció exponencialmente”. Y La Vida Boheme lo hizo de igual forma, aumentando el número de seguidores de arte y las posibilidades de emanar su primera obra completa.

Inmediatamente después del FNB y sin contrato discográfico innecesario, La Vida realiza sus primeras pinceladas de disco con visos de terminarlo a finales del año pasado. Felices por haberlo hecho, lo escucharon completo; entonces decidieron romper el lienzo: botarlo a la basura. “Somos quisquillosos. Muy quisquillosos. Lo oímos y no nos gustó. Empezamos de cero.” Año nuevo, Vida Bohème nueva: la banda trabajó muy duró en su primera producción y lograron obtener aquello que estaban buscando. El disco está por salir a finales de este año. “En ese momento no estábamos tan conscientes como lo estamos ahorita. El disco aspira a ser bueno, a poder ser escuchado de principio a fin. Eso toma tiempo, tiempo de reevaluar, y este año se nos permitió hacer eso: reevaluar la banda y pensar qué queríamos decirle a una persona en doce canciones; pensar qué decir, ya que hay muchas cosas pasando en este momento y no se están diciendo.”

Con su ópera prima en camino, los ganadores del FNB del 2008 no pretenden generar ganancias con el álbum. Los discos compactos son cada vez menos preferidos en todo el mundo, contrario a la ventaja de disponer de una biblioteca virtual de música como lo es la Internet, una realidad mundial que, naturalmente, también afecta a Venezuela -aunque exista quienes se jactan haber blindado el país ante los problemas del mundo. “Hoy en día el mercado tiene que adaptarse; el venezolano tiene que adaptarse, porque le está pegando de golpe una etapa en la que no es indispensable la radio para escuchar música. El consumidor no necesita que le digan qué es lo que va a escuchar sino cuáles son las opciones. El individuo es el que tiene la última palabra”.

Y la última palabra la tuvo Henry, con el cigarrillo todavía sin llama, al visualizar su salvación adictiva en el encargado del local, que recién subía las escaleras: “Fran, pásame el yesquero”.

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